miércoles, 31 de agosto de 2011

Harry Potter y las reliquias de la muerte parte II

El otro día fui a ver la segunda parte de las reliquias de la muerte, la primera parte, me gustó bastante, nunca será como el libro, porque rara vez es mejor la peli que el libro pero me gustó bastante, además de que ese libro es probablemente mi favorito de toda la saga, así que la expectación por ver el final, no era poca.

Por donde empezar...a ver, ya se sabe, que en las películas basadas en libros, hay cosas que se resumen, otras que se omiten o se añaden, esto no me gusta mucho y en esta película, menos.


Los actores principales no dan la talla, pero no es ninguna sorpresa, son muchos años...aunque quizás Emma Watson, que era la peor con diferencia, haya mejorado un poco.

El principio es muy lento y con muchos silencios que se podrían haber rellenado con información.

El doblaje, de nuevo, funesto y no solo eso, sino que desacredita totalmente a Voldemort, hay algunas escenas en las que parece un paleto a punto de violar a una burra y eso es imperdonable.

A Harry lo pintan como más poderoso de lo que es o soñara llegar a ser, pero si es verdad que plasman a la perfección su estupidez absoluta por una parte y su calidad humana por otro. Supongo que el director no entiende que el valor de Harry no es su poder como mago sino su valía como persona y por eso tuvo que hacerlo más grande...


El beso de Ron y Hermione ya en el libro no me gusta nada, pero por lo menos tenía un sentid. Cuando se besaron me eché a reír de lo absurdo de la situación. Encima que lo cambian lo cambian para mal...

El maquillaje en general esta bastante bien, me gusta como los envejecen, no sé si se puede hacer mejor, pero así no está mal. Pero Snape de joven...por Buda, Alá y todos los dioses...¡¡¡si parecía Michael Jackson!!! La verdad es que ese maquillaje tan tan ridículo que le cambiaba la cara hasta deformarla, me distrajo un poco de la historia y me cabreó bastante, se podían haber esforzado un poco más...

spoiler:

Ahora eso si, los dramas importantes si los han hecho bien, la muerte de Fred, que pensaba que tenia superada, al verla en imágenes me dio una punzada, pero sobre todo... Snape.... él, que es el más grande, muere de una manera demasiado poco digna, pero, así lo quiso Rowling y así lo han hecho.

Cuando Harry ve toda la historia de Snape y su madre en el libro me dejó fatal pero al verlo en imágenes... como sostenía su cadáver entre sus brazos llorando y gritando al cielo, cómo le decía a Dumbledore "Siempre"...sin palabras (sobre todo porque no paraba de llorar)
La historia de Snape era lo que más esperaba ver porque es mi parte favorita de todos los libros y la verdad es que la supera bastante bien, quitando el detalle del maquillaje.

Aunque mi crítica es bastante mala le pongo un 5 porque el argumento me gusta y por lo de Snape, pero ojala que hubiera sido otro director más competente....

viernes, 3 de junio de 2011

Président Queso Cocina


Hace unas semanas me mandaron desde Trnd unos botecitos de "Président Queso Cocina", me inscribí en el proyecto con la intención de buscar un sabor nuevo que mejorase las comidas de casa, porque todos comen muy sano por problemas de salud y a veces, las especias son insuficientes, bien, pues se ve, que me he hecho a comer sano porque las salsas a pesar de ser muy sabrosas, como es lógico, el queso ha sido tratado para poder tener esa textura; esto solo me demuestra, que al final, tanta histeria que hay en mi casa con la comida sana, ¡¡¡ ha podido conmigo!!!

martes, 22 de septiembre de 2009

AHORA


A veces me gustaría ser un bloque de hielo, para ser fuerte, dura y fría, pero, ¿en realidad serviría de algo?
Al hielo en cuanto le das calor, se derrite y pierde todas estas propiedades. El calor de un beso, de un abrazo, de saber que hay alguien que por encima y a pesar de todo, te quiere.

lunes, 7 de septiembre de 2009

El metro de Moscú


El metro de Moscú, o el "palacio subterráneo", es el primero en el mundo por densidad de pasajeros, pero no es eso lo que lo diferencia de los demás. Cada estación es diferente.
El lujo dejaba los palacios Zaristas para que formara parte del disfrute del pueblo.


Nada tiene que ver con los tonos metálicos e impersonales de los diferentes metros en los que he estado, y en los que la sensación ha sido de ahogo y los colores más bien estridentes...¿Naranja?¿pero en qué estaban pensado?...
Por desgracia no he estado allí, pero tiene mucha mejor pinta que por ejemplo el metro de Madrid, por lo menos lo veo más seguro, aunque probablemente sea porque haya más concienciación en ese aspecto que en otros sitios...

domingo, 9 de agosto de 2009

Sueños

Me deleito en mis sueños dejando pasar la vida, me paso la vida soñando en vivir la vida soñada con la que me deleito en mis sueños...

lunes, 3 de agosto de 2009

El cuervo

Una vez, al filo de una lúgubre media noche,
mientras débil y cansado, en tristes reflexiones embebido,
inclinado sobre un viejo y raro libro de olvidada ciencia,
cabeceando, casi dormido,
oyóse de súbito un leve golpe,
como si suavemente tocaran,
tocaran a la puerta de mi cuarto.
“Es —dije musitando— un visitante
tocando quedo a la puerta de mi cuarto.
Eso es todo, y nada más.”

¡Ah! aquel lúcido recuerdo
de un gélido diciembre;
espectros de brasas moribundas
reflejadas en el suelo;
angustia del deseo del nuevo día;
en vano encareciendo a mis libros
dieran tregua a mi dolor.
Dolor por la pérdida de Leonora, la única,
virgen radiante, Leonora por los ángeles llamada.
Aquí ya sin nombre, para siempre.

Y el crujir triste, vago, escalofriante
de la seda de las cortinas rojas
llenábame de fantásticos terrores
jamás antes sentidos. Y ahora aquí, en pie,
acallando el latido de mi corazón,
vuelvo a repetir:
“Es un visitante a la puerta de mi cuarto
queriendo entrar. Algún visitante
que a deshora a mi cuarto quiere entrar.
Eso es todo, y nada más.”

Ahora, mi ánimo cobraba bríos,
y ya sin titubeos:
“Señor —dije— o señora, en verdad vuestro perdón
imploro,
mas el caso es que, adormilado
cuando vinisteis a tocar quedamente,
tan quedo vinisteis a llamar,
a llamar a la puerta de mi cuarto,
que apenas pude creer que os oía.”
Y entonces abrí de par en par la puerta:
Oscuridad, y nada más.

Escrutando hondo en aquella negrura
permanecí largo rato, atónito, temeroso,
dudando, soñando sueños que ningún mortal
se haya atrevido jamás a soñar.
Mas en el silencio insondable la quietud callaba,
y la única palabra ahí proferida
era el balbuceo de un nombre: “¿Leonora?”
Lo pronuncié en un susurro, y el eco
lo devolvió en un murmullo: “¡Leonora!”
Apenas esto fue, y nada más.

Vuelto a mi cuarto, mi alma toda,
toda mi alma abrasándose dentro de mí,
no tardé en oír de nuevo tocar con mayor fuerza.
“Ciertamente —me dije—, ciertamente
algo sucede en la reja de mi ventana.
Dejad, pues, que vea lo que sucede allí,
y así penetrar pueda en el misterio.
Dejad que a mi corazón llegue un momento el silencio,
y así penetrar pueda en el misterio.”
¡Es el viento, y nada más!

De un golpe abrí la puerta,
y con suave batir de alas, entró
un majestuoso cuervo
de los santos días idos.
Sin asomos de reverencia,
ni un instante quedo;
y con aires de gran señor o de gran dama
fue a posarse en el busto de Palas,
sobre el dintel de mi puerta.
Posado, inmóvil, y nada más.

Entonces, este pájaro de ébano
cambió mis tristes fantasías en una sonrisa
con el grave y severo decoro
del aspecto de que se revestía.
“Aun con tu cresta cercenada y mocha —le dije—,
no serás un cobarde,
hórrido cuervo vetusto y amenazador.
Evadido de la ribera nocturna.
¡Dime cuál es tu nombre en la ribera de la Noche Plutónica!”
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”

Cuánto me asombró que pájaro tan desgarbado
pudiera hablar tan claramente;
aunque poco significaba su respuesta.
Poco pertinente era. Pues no podemos
sino concordar en que ningún ser humano
ha sido antes bendecido con la visión de un pájaro
posado sobre el dintel de su puerta,
pájaro o bestia, posado en el busto esculpido
de Palas en el dintel de su puerta
con semejante nombre: “Nunca más.”

Mas el Cuervo, posado solitario en el sereno busto.
las palabras pronunció, como virtiendo
su alma sólo en esas palabras.
Nada más dijo entonces;
no movió ni una pluma.
Y entonces yo me dije, apenas murmurando:
“Otros amigos se han ido antes;
mañana él también me dejará,
como me abandonaron mis esperanzas.”
Y entonces dijo el pájaro: “Nunca más.”

Sobrecogido al romper el silencio
tan idóneas palabras,
“sin duda —pensé—, sin duda lo que dice
es todo lo que sabe, su solo repertorio, aprendido
de un amo infortunado a quien desastre impío
persiguió, acosó sin dar tregua
hasta que su cantinela sólo tuvo un sentido,
hasta que las endechas de su esperanza
llevaron sólo esa carga melancólica
de ‘Nunca, nunca más’.”

Mas el Cuervo arrancó todavía
de mis tristes fantasías una sonrisa;
acerqué un mullido asiento
frente al pájaro, el busto y la puerta;
y entonces, hundiéndome en el terciopelo,
empecé a enlazar una fantasía con otra,
pensando en lo que este ominoso pájaro de antaño,
lo que este torvo, desgarbado, hórrido,
flaco y ominoso pájaro de antaño
quería decir granzando: “Nunca más.”

En esto cavilaba, sentado, sin pronunciar palabra,
frente al ave cuyos ojos, como-tizones encendidos,
quemaban hasta el fondo de mi pecho.
Esto y más, sentado, adivinaba,
con la cabeza reclinada
en el aterciopelado forro del cojín
acariciado por la luz de la lámpara;
en el forro de terciopelo violeta
acariciado por la luz de la lámpara
¡que ella no oprimiría, ¡ay!, nunca más!

Entonces me pareció que el aire
se tornaba más denso, perfumado
por invisible incensario mecido por serafines
cuyas pisadas tintineaban en el piso alfombrado.
“¡Miserable —dije—, tu Dios te ha concedido,
por estos ángeles te ha otorgado una tregua,
tregua de nepente de tus recuerdos de Leonora!
¡Apura, oh, apura este dulce nepente
y olvida a tu ausente Leonora!”
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”

“¡Profeta!” —exclamé—, ¡cosa diabolica!
¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio
enviado por el Tentador, o arrojado
por la tempestad a este refugio desolado e impávido,
a esta desértica tierra encantada,
a este hogar hechizado por el horror!
Profeta, dime, en verdad te lo imploro,
¿hay, dime, hay bálsamo en Galaad?
¡Dime, dime, te imploro!”
Y el cuervo dijo: “Nunca más.”

“¡Profeta! —exclamé—, ¡cosa diabólica!
¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio!
¡Por ese cielo que se curva sobre nuestras cabezas,
ese Dios que adoramos tú y yo,
dile a esta alma abrumada de penas si en el remoto Edén
tendrá en sus brazos a una santa doncella
llamada por los ángeles Leonora,
tendrá en sus brazos a una rara y radiante virgen
llamada por los ángeles Leonora!”
Y el cuervo dijo: “Nunca más.”

“¡Sea esa palabra nuestra señal de partida
pájaro o espíritu maligno! —le grité presuntuoso.
¡Vuelve a la tempestad, a la ribera de la Noche Plutónica.
No dejes pluma negra alguna, prenda de la mentira
que profirió tu espíritu!
Deja mi soledad intacta.
Abandona el busto del dintel de mi puerta.
Aparta tu pico de mi corazón
y tu figura del dintel de mi puerta.
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”

Y el Cuervo nunca emprendió el vuelo.
Aún sigue posado, aún sigue posado
en el pálido busto de Palas.
en el dintel de la puerta de mi cuarto.
Y sus ojos tienen la apariencia
de los de un demonio que está soñando.
Y la luz de la lámpara que sobre él se derrama
tiende en el suelo su sombra. Y mi alma,
del fondo de esa sombra que flota sobre el suelo,
no podrá liberarse. ¡Nunca más!

martes, 28 de julio de 2009

Dicen que cuando decodificas tus pensamientos en palabras, estos, toman un significado mucho más revelador y al parecer, alivia la pena o intensifica el placer, según el caso.
Por eso he decidido hacer este blog, para poder desahogarme sin tener que ver los escándalos que provoco por no ser políticamente correcta en lo que pienso...
Quizás si lo vea, pero siempre desde el anonimato, que es lo que más anhelo desde hace ya un tiempo.
Espero que esto sea tan útil como necesito que sea.